El desarrollo de un modelo que permita definir dónde y cuándo construir y ampliar las redes de pipelines e instalaciones asociadas para maximizar el valor esperado es fundamental en el ámbito de la industria de la energía y el transporte de recursos naturales. La construcción y expansión de infraestructuras de pipelines y sus instalaciones asociadas, como estaciones de bombeo, terminales de almacenamiento y puntos de distribución, conlleva una inversión significativa de recursos financieros y humanos. Por lo tanto, es crucial contar con un enfoque estratégico respaldado por modelos analíticos que puedan evaluar diversos factores para tomar decisiones informadas y rentables.

En primer lugar, el modelo debe considerar la geografía y topografía del área de interés. Esto implica analizar la ubicación de los recursos naturales, como pozos de petróleo, campos de gas natural o depósitos de productos químicos, así como las características del terreno, como montañas, ríos y zonas urbanas.

La topografía juega un papel crucial en la planificación de la ruta del pipeline y la ubicación de las instalaciones asociadas, ya que puede influir en la accesibilidad, la facilidad de construcción y los costos operativos.